Tía Clara
Los veranos en La Habana son muy calurosos y sofocantes, por eso en casa de Dorita dormían con las puertas de los balcones abiertas para que la brisa que venía del mar recorriera habitación tras habitación, invadiera todo y refrescara las blanquísimas sábanas de algodón.
Los veranos en La Habana son muy calurosos y sofocantes, por eso en casa de Dorita dormían con las puertas de los balcones abiertas para que la brisa que venía del mar recorriera habitación tras habitación, invadiera todo y refrescara las blanquísimas sábanas de algodón.
TIA CLARA
FALCON MONTES, AIDA ELIZABETH
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9788492964123
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